Frases

"La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano capaz de convertirla en hechos." Anónimo

"Arréglese al Estado como se conduce a la familia, con autoridad, competencia y buen ejemplo."Confucio (551-479 a. C.), filósofo chino

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Mujer trabajadora, desempleo y discriminación salarial


Dentro del capitalismo la mujer trabajadora siempre ha sido presa de una doble explotación: laboral, en primer lugar por las relaciones de producción entre el asalariado y el patrón, en las que el primero vende su fuerza de trabajo obteniendo una remuneración por debajo de la riqueza producida, y en segundo lugar la domestica por la labor no remunerada en el hogar. La vida de la mujer trabajadora en el capitalismo se limita a procurar su existencia para luego seguir laborando, y también en asegurar la producción y reproducción de la mano de obra del hombre, a veces de la familia completa.


La mujer trabajadora adopta entonces un carácter sumamente rentable para el capitalismo por lo que la condena y perpetua su estado de explotación y opresión. La emancipación de la mujer es inherente a la del hombre y la sociedad completa.


Rumbo a la vida laboral el primer reto con el que se encuentra la mujer es encontrar trabajo. Muchas mujeres están en desventaja debido a falta de estudio ya sea por pobreza, por cánones culturales o ambas; por ejemplo, en algunas regiones aun no es socialmente aceptado que las mujeres asistan a la escuela. Sin embargo, la mayor parte que no sale de casa a trabajar si lo hace en su casa pero este trabajo no es considerado como actividad económica. Algunos analistas creen que la suma del tiempo en que la mujer está fuera de labor por maternidad, también juega un papel para estar en desventaja frente a la experiencia y disponibilidad con la que cuenta un hombre, también es el caso de la movilidad, pues por lo general las mujeres tienen más ataduras que le impiden viajar o estar un largo periodo fuera del hogar.


Al final de cuentas las desventajas de la mujer en el ámbito laboral se reducen al rol que les impone la sociedad y que muchas veces no están en condición de elegir. Además de esta carga extra, la mujer, al igual que los hombres, se enfrenta a la competencia que el capitalismo impone como forma de selección, al ser incapaz de ofrecer trabajo para todos. A nivel mundial el número de desempleados en 2008 era de 193 millones, 112 millones eran hombres, y 81 millones eran mujeres; en 10 años de 1998 a 2008 el empleo de la mujer adulta con respecto a la población total aumento solo 1.2 puntos porcentuales, llegando al 40.4 por ciento de los 3,000 millones de empleados en todo el mundo. La mujer trabajadora sin lugar a dudas juega hoy un papel fundamental en la economía mundial. La mayor parte de las trabajadoras se localizan en la agricultura, seguida por los servicios y solo 18.3 por ciento en la industria, en comparación con el 26.6 por ciento de los hombres.


Es una necesidad como clase social que la mujer salga a laborar para la supervivencia, esta misma necesidad creada por el capitalismo la lleva a involucrarse con la vida laboral, y la relación con la producción le da fuerza para luchar como parte de la clase.


Debemos luchar en primer lugar por igualdad de condiciones en la contratación, igual salario a igual trabajo, también debemos exigir las prestaciones de maternidad y condiciones laborales adecuadas y seguras, todas estas demandas van de la mano con la de nuestros compañeros que también nos afectan. Las mujeres trabajadoras históricamente han jugado un papel muy importante en la lucha de clases, fundamentalmente por su doble o hasta triple jornada laboral, sin duda alguna la entrada cada vez mayor de mujeres al mundo laboral y la lucha por estas demandas junto con una mayor igualdad en la participación de las tareas del hogar, es el primer paso para la lucha por su emancipación del sistema capitalista, hombro a hombro con sus compañeros de clase.

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